Expertos en seguridad alimentaria advierten contra una práctica común en muchas cocinas: lavar el pollo crudo antes de cocinarlo. Aunque pueda parecer una medida higiénica, esta acción puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada y propagación de bacterias peligrosas, como la salmonela.
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¿Por qué no se debe lavar el pollo?
Lavar el pollo antes de cocinarlo puede causar la dispersión de bacterias a través de salpicaduras de agua, contaminando superficies cercanas y utensilios de cocina.
Esta práctica no elimina las bacterias y, de hecho, puede aumentar el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos.
El pollo crudo alberga una bacteria conocida como Campylobacter jejuni, que puede causar infección intestinal, también conocida como campylobacteriosis. Esta bacteria es una de las principales causas de enfermedades transmitidas por los alimentos en todo el mundo.
Lavar el pollo antes de cocinarlo puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada, propagando esta bacteria peligrosa por la cocina y poniendo en riesgo la salud de quienes consuman el alimento.
Recomendaciones de los expertos:
Autoridades sanitarias y expertos en seguridad alimentaria aconsejan cocinar el pollo a una temperatura segura para eliminar cualquier bacteria presente.
Esto significa cocinarlo hasta que alcance una temperatura interna mínima de 75°C (165°F) para garantizar su seguridad y evitar enfermedades.
Lavar el pollo antes de cocinarlo no es una práctica recomendable según los expertos en seguridad alimentaria. La mejor manera de garantizar la seguridad de los alimentos es cocinarlos adecuadamente y seguir las pautas de manipulación y preparación seguras en la cocina.
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