Halloween es la festividad que permite a las personas disfrazarse y comer exceso de dulces. De igual forma, cuando se piensa en Halloween, unas de las primeras imágenes que acuden a nuestra imaginación son brujas, vampiros, dulces y calabazas. Estas últimas podrían considerarse como el símbolo más distintivo de Halloween, pero, ¿qué significan?
Origen de Halloween
El origen de la festividad de Halloween data de hace 2,000 años, en la que los celtas celebraban una fiesta pagana llamada Samhain, que se traduce a “el fin del verano”. Esta festividad se celebraba el 1 de noviembre en lugares como Reino Unido, Irlanda y el norte de Francia como símbolo del fin del verano y el inicio del invierno.
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El Samhain no sólo era una fiesta, sino que era una época del año en la que, de acuerdo a las creencias de los celtas, los muertos visitaban el mundo de los vivos con el fin de presentarse en sus hogares. Esto era posible ya que, una vez que termina el verano, se abre un portal que permite el libre paso de los muertos por la tierra.
Sin embargo, los muertos no eran los únicos que salían en aquellas fechas. Se decía que las brujas, elfos y duendes también visitaban el mundo de los vivos con el fin de cobrar venganza contra aquellos que los habían dañado en vida.
No está muy claro todos los rituales que realizaban en el Samhain debido que casi no hay evidencia escrita, pero se cree que solían ir a las montañas para encender hogueras y de esa manera, ahuyentar a los malos espíritus. De igual forma, se cree que el origen del disfraz viene de esta fiesta pagana, ya que los celtas utilizaban máscaras con el fin de no ser reconocidos por los espíritus.
El cuento de Jack el Tacaño (Jack o’ Lantern)
La implementación de las calabazas en Halloween tienen su origen en el siglo XIX, debido al cuento “Stingy Jack”, o Jack el Tacaño, el cual relata la historia de Jack, un hombre borracho y tacaño. Sin embargo, también se distinguía por ser astuto, al grado que creía que podía desafiar a cualquier autoridad, incluso al mismísimo Diablo.
Una noche, como de costumbre, Jack se encontraba borracho cuando alguien fue a buscarlo. Se encontró con el mismísimo Diablo, el cual le dijo que había venido a llevarse su alma. Jack, a pesar de estar en estado de ebriedad, fue astuto e invitó al ente a tomarse una última cerveza con él.
Una vez terminaron de tomar y la hora de pagar llegó, Jack le dijo al Diablo que no llevaba dinero, por lo que le pidió de favor que se transformara en una moneda y que, una vez que el propietario no estuviera viendo, se volviera a transformar para reunirse una vez más.
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Su acompañante hizo lo que Jack le pidió, sin embargo, Jack en lugar de entregar la moneda, se la metió en uno de sus bolsillos, en el cual llevaba un crucifijo, impidiendo así que el Demonio volviera a su forma original. El Diablo, para zafarse de la situación, hizo un trato con el tacaño.
El Diablo le perdonaría la vida por 10 años, a cambio de que pudiera regresar a su forma original. De esa manera se cerró el trato y ni Jack ni el ente se volvieron a ver, hasta que pasaron 10 años. El Demonio fue a buscar nuevamente a Jack, quien volvió a engañarlo al pedirle que le permitiera comer una manzana de un árbol cercano.
Jack subió a este y arrojó varios crucifijos a los pies del diablo y este quedó inmovilizado. A cambio de poder recuperar su movilidad, hicieron otro trato, el cual el Diablo prometía que jamás se llevaría su alma, y con ese acuerdo, sellaron el pacto.
Jack murió debido a su alcoholismo y una vez su alma llega al cielo, se le niega la entrada debido a su mal comportamiento en la Tierra, por lo que Jack recurre al Diablo para que lo deje entrar al infierno. Este último, le negó la entrada debido a la promesa que habían hecho años atrás, por lo que el castigo de Jack el tacaño era vagar por siempre en la tierra, ya que jamás sería admitido en ningún lugar. El Diablo le entregó un farol hecho con un nabo y en el interior de este había una llama eterna, la cual sería la encargada de alumbrar su camino por la eternidad.
Implementación de la calabaza en Halloween
Conforme el cristianismo fue ganando fuerza, se fueron modificando los ritos paganos y la fiesta del Samhain se convirtió en la Víspera de todos los Santos. En Irlanda ganó fuerza la tradición de tallar nabos con el fin de convertirlos en faros que iluminan en la noche con el fin de adornar y proteger las casas en la vigilia de Todos los Santos.
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Estas linternas, llamadas “linternas de Jack” o mejor conocidas como Jack o’ Lanterns, comenzaron a usarse para ahuyentar a los malos espíritus de las viviendas, ya que en ellas se representaban seres sobrenaturales que eran capaces de alejar y combatir a todos los fantasmas que desearan acosar o atemorizar a las familias.
Una vez que los inmigrantes irlandeses llegaron a lo que ahora conocemos como Estados Unidos, se encontraron con unos frutos naranjas que se cosechan a finales del verano, la calabaza naranja. Además, resultaron ser mucho más fáciles de tallar que los nabos que utilizaban en Irlanda.
La calabaza como símbolo importante en Halloween
La popularización del uso de la calabaza para realizar faroles fue extendiéndose por todo el país, debido a que el cultivo se encuentra en todas partes y es abundante. Hoy en día se sigue transmitiendo la tradición de tallar caras chistosas o raras en estos frutos, sin embargo, su significado actual es meramente decorativo, aunque siempre existe quien cree en las antiguas leyendas y prefiere prever que los supuestos malos espíritus entren a sus casas.
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