En la búsqueda de comprender y abordar los impactos ambientales de nuestras actividades diarias, surge un concepto fundamental: la huella hídrica. Este término, está estrechamente relacionado con el ahorro del agua, cada vez más indispensable en nuestro país y el mundo. Sin embargo, más allá de los consejos recurrentes acerca de cómo ahorrar agua, aquí hacemos una reflexión acerca de la huella hídrica, pero también de cómo es que consumir productos locales ahorra agua.
¿Qué es la huella hídrica?
La huella hídrica se define como el volumen total de agua dulce utilizado para producir los bienes y servicios consumidos por un individuo, comunidad o empresa. Este concepto va más allá del agua que vemos y utilizamos directamente, como la que bebemos o usamos para bañarnos, incluyendo también el agua necesaria para producir los alimentos que consumimos, fabricar los productos que adquirimos y sostener nuestras actividades cotidianas. Pues bien, para comprender mejor la huella hídrica, es importante distinguir entre tres tipos principales:
1. Huella hídrica azul: se refiere al agua superficial y subterránea utilizada de manera directa, como la extraída de ríos, lagos y acuíferos para el riego de cultivos, la producción industrial y el consumo doméstico.
2. Huella hídrica verde: la huella hídrica verde hace referencia al agua de lluvia utilizada por los cultivos durante su ciclo de crecimiento. Esta agua es absorbida por las plantas y luego liberada a través de la transpiración, contribuyendo al ciclo natural del agua.
3. Huella hídrica gris: este tipo de huella hídrica se relaciona con la contaminación del agua durante los procesos de producción. Se calcula como la cantidad de agua necesaria para diluir los contaminantes hasta alcanzar los estándares de calidad establecidos.
Entender la huella hídrica es fundamental para abordar los desafíos relacionados con la escasez de agua, la degradación de los ecosistemas acuáticos y la equidad en el acceso al agua. Al evaluar y gestionar nuestra huella hídrica, podemos tomar medidas para reducir nuestro impacto ambiental y promover el uso responsable del agua.
¿Por qué consumir productos locales ahorra agua?
La CEA, Comisión Estatal de Agua de Querétaro, se ha dado a la tarea de publicar en sus redes sociales oficiales diversas recomendaciones para disminuir el consumo de este líquido vital; una de las más reveladoras fue la relativa a cómo consumir productos locales ahorra agua de algún sitio en particular. De acuerdo con la CEA, esta acción reduce la huella hídrica relacionado con la transportación y producción de alimentos. Veamos algunos puntos más específicos acerca de este tema.
Al elegir productos locales, se minimiza la necesidad de transporte, reduciendo así la huella hídrica relacionada con la movilización y producción de alimentos. pic.twitter.com/wusBfl7Z4b
— CEA Institucional (@cea_qro) March 11, 2024
1. Reducción de la huella hídrica: Los productos locales suelen requerir menos agua para su producción y transporte en comparación con los productos importados. Al comprar alimentos cultivados o producidos cerca de donde vives, estás apoyando sistemas agrícolas más eficientes que utilizan menos agua en el proceso de producción.
2. Menor transporte: La producción y distribución de alimentos a larga distancia implica el uso de grandes cantidades de agua para el transporte, especialmente cuando se trata de productos perecederos que necesitan ser refrigerados. Al consumir productos locales, se reduce la necesidad de transporte a larga distancia, lo que a su vez reduce la huella hídrica asociada con el transporte de alimentos.
3. Fomento de prácticas agrícolas sostenibles: Los agricultores locales tienden a utilizar métodos de riego más eficientes y prácticas agrícolas sostenibles que pueden ayudar a conservar el agua. Además, al apoyar a los productores locales, estás contribuyendo a la preservación de la tierra y el agua en tu comunidad.
4. Mayor conciencia sobre el uso del agua: Al comprar productos locales, es más probable que estés consciente de cómo se producen los alimentos y de la cantidad de agua que se utiliza en su proceso de cultivo o fabricación. Esto puede llevarte a tomar decisiones más informadas y a adoptar hábitos de consumo que minimicen tu huella hídrica.
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