Una mujer devolvió varios fragmentos de roca sustraídos del área arqueológica de Pompeya, la ciudad romana destruida por la erupción del Vesubio en el 79 d. C., acompañados de una carta anónima. En la carta, la mujer explicó que padece cáncer de mama y que desconocía la existencia de una “maldición” relacionada con llevarse restos del sitio arqueológico.
El director del parque arqueológico, Gabriel Zuchtriege, compartió en redes sociales la foto de la carta anónima y los fragmentos, agradeciendo al remitente y deseándole buena suerte en el futuro. Esta no es la primera vez que visitantes devuelven objetos robados de Pompeya alegando haber experimentado una maldición. Estos objetos se vuelven difíciles de reubicar al estar descontextualizados, según expertos.
El libro La maldición de Pompeya. Superstición y arqueología. Historia de pequeños hurtos y arrepentimientos en todo el mundo de Antonio Cangiano documenta la persistencia de la superstición relacionada con el robo de hallazgos arqueológicos en Pompeya. Quienes se llevan recuerdos no autorizados, según la creencia, sufren mala suerte y eventos desagradables. En 2020, un paquete con restos desde Canadá incluía el mensaje “Quédense con ellos. Dan mala suerte”. Otra carta canadiense pedía disculpas por un robo en 2005, mencionando el dolor de las almas afectadas y expresando arrepentimiento por la decisión.
Una mujer enferma de cáncer devolvió piedras robadas de Pompeya ante "la maldición" pic.twitter.com/1QExCCH2qK
— Melisa Casablancas (@melisa64295) January 12, 2024
¿Qué es la maldición de Pompeya?
La maldición de Pompeya es una creencia popular que ha surgido en relación con la erupción del Monte Vesubio, misma que sepultó las ciudades romanas de Pompeya y Herculano bajo capas de ceniza y lava. La erupción fue catastrófica y llevó a la destrucción de estas antiguas ciudades, conservándolas de manera sorprendente a lo largo de los siglos.
La creencia en la maldición se basa en eventos posteriores a la erupción. Algunas personas creen que quienes saquearon las ruinas de Pompeya o participaron en la excavación de los restos arqueológicos experimentaron eventos desafortunados o incluso la muerte. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas historias de maldiciones a menudo carecen de evidencia sólida y pueden atribuirse más a la superstición y la leyenda que a hechos verificables.
En realidad, la erupción del Vesubio fue un desastre natural que tuvo consecuencias trágicas para la población de la región en ese momento. La preservación de Pompeya y Herculano bajo las cenizas proporcionó a los arqueólogos valiosa información sobre la vida en la antigua Roma. La noción de una “maldición” asociada a estos sitios arqueológicos es más un elemento de folclore que una realidad comprobada.
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