Un análisis llevado a cabo por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard recomienda que consumir más proteínas vegetales puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. De acuerdo con el estudio, un pequeño cambio en la cantidad de proteínas en la dieta, reemplazando más proteínas animales por vegetales, podría tener un impacto positivo en la salud a largo plazo.
Las proteínas vegetales están presentes en una gran variedad de alimentos que son fáciles de agregar a las comidas diarias. Alimentos como la quinoa, los pistachos, las semillas de cáñamo y los productos derivados de la soya, como el tofu o la leche de soya, son excelentes fuentes de proteínas, es decir, aquellas que contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
Asimismo, las lentejas, los frijoles, los garbanzos y las almendras son ricos en proteínas, y también vegetales comunes como el brócoli, el maíz y los guisantes aportan cantidades significativas de este nutriente.
¿Qué beneficios tienen las proteínas vegetales ante las animales?
Las proteínas vegetales no solo cumplen con la función de aportar los nutrientes necesarios, sino que también tienen el beneficio de ser ricas en otros componentes que favorecen la salud. Alimentos como las lentejas y las semillas de chía contienen fibra, que es clave para la salud digestiva y la regulación del azúcar en la sangre, además de contribuir a reducir los niveles de colesterol.
Al contrario, las proteínas de origen animal, aunque ricas en hierro y aminoácidos esenciales, tienen desventajas, como el contenido elevado de grasas saturadas en las carnes rojas y procesadas, lo que puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
