Juan Diego es el primer santo indígena de América y es conocido por ser a quien la Virgen de Guadalupe se le apareció en el cerro del Tepeyac en 1531. Es probable que su historia de vida sea muy conocida, sin embargo, datos sobre su muerte no hay muchos, por lo que te compartimos lo que se sabe.
¿Quién fue Juan Diego?
Juan Diego Cuauhtlatoatzin, o mejor conocido como Juan Diego, es el santo a quien se le apareció la Virgen de Guadalupe en 1531 y el primer santo indígena de América. Su nombre Cuauhtlatoatzin, en su lengua materna, significa “Águila que habla”, o “El que habla con un águila” y nació en 1474, en Cuautitlán, entonces reino de Texcoco.
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Durante la Evangelización en la Nueva España, en 1524, Juan Diego y su esposa María Lucía recibieron el sacramento del bautismo y celebraron el matrimonio cristiano. En 1529, su esposa falleció y Juan Diego siguió viviendo de acuerdo con los valores cristianos. De acuerdo con los registros, Juan Diego se levantaba muy temprano para recorrer un camino que lo llevaba hasta Tlatelolco, donde asistía a misa.
Aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego
En su trayecto, Juan Diego tenía que bordear el cerro de Tepeyac, donde el 9 de diciembre de 1531 se le apareció por primera vez la Virgen de Guadalupe. Ella se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María” y le pidió que fuera con el obispo, Juan de Zumárraga, para comunicarle el mensaje de que se le construyera un templo, el cual sería su casa, en el lugar de la aparición.
Juan Diego llevó su mensaje al obispo Juan de Zumárraga, quien le dijo que volviera en otra ocasión para escucharlo. Al día siguiente, la Virgen de Guadalupe vuelve a aparecerse a Juan Diego, pidiéndole nuevamente que le llevara su mensaje al obispo. Juan Diego obedeció y esta vez, relató cómo vivió la aparición de la Virgen. Juan de Zumárraga, escéptico, le pide una prueba para creerle.
El 11 de diciembre, Juan Diego recibe la noticia que su tío, Juan Bernardino, se encontraba enfermo y grave, por lo que en lugar de hacer su recorrido habitual fue a buscar un médico, quien le dijo que ya no había nada que hacer, por lo que, al día siguiente, este se dispuso a ir a buscar a un sacerdote para que este auxiliara a su tío. Juan Diego se abrigó con su tilma y tomó otro camino para evitar el cerro del Tepeyac, sin embargo, la Virgen de Guadalupe se le apareció nuevamente y le dijo que su tío ya se encontraba curado.
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Juan Diego le pidió la prueba para el obispo y ella le dijo que subiera al cerro. Obediente, Juan Diego hizo lo que se le pidió y en el cerro encontró muchas flores, lo cual fue sorprendente, debido al clima frío y árido del lugar. Juan Diego recolectó varias flores y las colocó en su tilma. Posteriormente siguió su camino para encontrarse con el obispo.
El milagro de la tilma de Juan Diego
Juan Diego, al llegar a casa del obispo Juan de Zumárraga, se le negó la entrada, pero un tiempo después lo dejaron pasar ya que los sirvientes no pudieron tirar las flores de su tilma. Ante el obispo, Juan Diego le compartió el mensaje que la Virgen y añadió el milagro de las flores sobre el cerro. Acto seguido, Juan Diego abrió su tilma, las flores cayeron y apareció el retrato de la Virgen de Guadalupe. Inmediatamente, todos los presentes se arrodillaron y oraron ante el milagro.
Los últimos años y muerte de Juan Diego
Juan Diego vivió 17 años más, y durante ese tiempo, dejó todo y se mudó a vivir en un casa humilde cerca del templo, con el permiso del obispo Juan de Zumárraga, donde se dedicó a cuidarlo y limpiarlo. También era quien recibía a los peregrinos que visitaban el lugar y les daba una acogida cálida.
A pesar de que se convirtió en una figura reconocida, poco se sabe de su muerte. Juan Diego falleció el 30 de mayo de 1548, a los 74 años, en su casa junto a la Basílica de Guadalupe. Vivió de manera humilde, sin embargo, su fama y popularidad eran abundantes.
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En 1990 fue beatificado y en el 2002 fue canonizado, convirtiéndose en el primer beato y santo indígena de América. Su legado e historia siguen siendo vigentes hoy en día. Todos los años, el 12 de diciembre, millones de peregrinos visitan la Basílica de Guadalupe para rendirle culto a la Virgen y rememorar la historia del santo Juan Diego.
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