Enclavado en la hermosa región de San Joaquín, Querétaro, el Sitio Arqueológico de Ranas emerge como un tesoro histórico que nos transporta a las civilizaciones prehispánicas que habitaron la región. Este fascinante sitio ofrece una ventana al pasado, revelando la riqueza cultural de la zona y su importancia en la historia de México. El Sitio Arqueológico de Ranas se encuentra ubicado en el municipio de San Joaquín, Querétaro.
¿Cuál es la historia y cultura del Sitio Arqueológico de Ranas?
En el suroeste de la majestuosa Sierra Gorda, enclavada en uno de los puntos más elevados del municipio de San Joaquín, se encuentra Las Ranas. Este sitio arqueológico, rodeado por imponentes barrancas y con un acceso único desde su flanco oeste, se erige en la cima de dos cerros que convergen formando una escuadra, dando lugar a un entorno geográfico singular.
La aspereza de la sierra propició el desarrollo de un patrón cultural propio en Las Ranas, diferenciándola de otras regiones por la ubicación estratégica de sus asentamientos menores. Este enclave fue parte integral de la cultura serrana, que se manifestó a través de una arquitectura única, un distintivo estilo cerámico y prácticas culturales singulares. Los expertos del INAH ubican este sitio cronológicamente en el Clásico Temprano a Posclásico Tardío.
La cuidadosa planificación de la ciudad, desde la elección del lugar hasta la eficiente utilización del terreno y la disposición de más de 180 edificaciones, incluyendo dos juegos de pelota, en un área de aproximadamente 15 hectáreas, resalta la habilidad de sus habitantes para adaptarse al entorno. Sin embargo, solo alrededor del 15 por ciento del área total está habilitada.
La economía de los antiguos habitantes de la Sierra Gorda se basó en una estrategia mixta, destacando la minería, la caza-recolección y la agricultura de temporal. Las Ranas, en particular, se vincula estrechamente a la explotación del cinabrio, un mineral de gran demanda entre los pueblos mesoamericanos debido a su uso como pigmento.
Los trabajos de mantenimiento, restauración e investigación en Las Ranas se iniciaron en 1975 y continúan hasta el día de hoy debido a la vastedad del sitio arqueológico. La presencia de vestigios arqueológicos revela estructuras ceremoniales como templos y plataformas que subrayan la importancia religiosa y social de la civilización que una vez pobló estas tierras.
Las Ranas, curiosamente, toma su nombre de una laguna repleta de estos anfibios que los conquistadores españoles encontraron a tres kilómetros de distancia. También se le conoce localmente como “La ciudad”, debido a su posición estratégica que le permitió controlar accesos y explotar la diversidad de recursos ecológicos y minerales en la región.
Con unas vistas extraordinarias desde sus edificios más altos, Las Ranas se distingue por concentrar unas 14 bocaminas prehispánicas, convirtiéndola en el epicentro de la explotación de la riqueza minera de mayor envergadura en la Sierra Gorda. La explotación del cinabrio, un mineral de color rojo oscuro muy apreciado en Mesoamérica, generó recursos considerables que dejaron una marca perdurable en la historia de este fascinante sitio arqueológico de Querétaro.
¿Cómo llegar y cuál es el costo para visitar el Sitio Arqueológico de Ranas?
El Sitio Arqueológico de Las Ranas se encuentra a 154 km al noroeste de la ciudad de Querétaro, Querétaro. Para llegar desde la Ciudad de México, toma la carretera número 57 México-Querétaro hasta llegar a San Juan del Río. Continúa por la desviación a Tequisquiapan y sigue por la Carretera Federal número 120 en dirección a Vizarrón de Montes, hasta finalmente llegar a San Joaquín. A tan solo 3 km de este punto, encontrarás el fascinante sitio arqueológico de Las Ranas.
Las Ranas abre sus puertas de lunes a domingo, permitiéndote explorar sus misterios de 9:00 a 18:00 horas. Este amplio horario brinda flexibilidad para adaptarse a tu itinerario. Para acceder a este enclave histórico, el costo de entrada es de $75.00 pesos. Este monto contribuye al mantenimiento y preservación del sitio para que los visitantes puedan disfrutar de una experiencia enriquecedora.
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