Comerciantes de familia: un legado que ha pasado por dos generaciones

Irma ha demostrado que el optimismo y las ganas de salir adelante son clave para mantenerse en el comercio.

Waldo Maya
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Ante cualquier obstáculo, la señora Irma ha demostrado que el optimismo y las ganas de salir adelante son clave para mantenerse en el comercio. Desde pequeña, siguió los pasos de su madre como vendedora en la zona sur de la capital queretana, convirtiéndose en la segunda generación de su familia en este oficio.

Irma Martínez, comerciante: “Para nosotros fue seguir con este legado, porque mi mamá nos traía aquí cuando se estaba construyendo el hospital. seguimos con el ejemplo de ser comerciantes, pero no ha sido fácil”.

Más de 20 años en el negocio

Con más de dos décadas dedicadas al comercio, Irma ha visto crecer a su familia en este entorno. Incluso, el hospital del niño y la mujer fue el lugar donde nacieron sus hijos, quienes ahora han tomado las riendas del negocio.

Irma Martínez, comerciante: “Como madre soltera fue una situación difícil. Al no tener el apoyo de una pareja, mis hijos dejaron el estudio para ayudarme con los gastos, y aquí seguimos trabajando”.

Expandiéndose sin perder la esencia familiar

A pesar de los retos, la señora Irma se siente orgullosa de lo lejos que han llegado. con esfuerzo y dedicación, su negocio ha crecido y se ha expandido a otros puntos, manteniendo siempre la unión familiar.

Irma Martínez, comerciante: “Lo que más me gusta de ser comerciante es que tengo mi propio horario y no dependo de un patrón. Además, todos los días generamos ingresos, aunque sea poco, siempre hay algo para cubrir las necesidades del hogar.”

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