En las recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos, los primeros resultados suelen comenzar a llegar entre las 19 y las 22 horas (horario del Este), lapso en que cierran las urnas en estados estratégicos como Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Nevada.
Sin embargo, las proyecciones iniciales de los resultados pueden conocerse un poco antes gracias a las encuestas de salida que permiten anticipar las tendencias en ciertas zonas. Aún así, los diferentes husos horarios y políticas de conteo de votos en cada estado provocan que los resultados oficiales tarden algunos días y, en ocasiones, incluso semanas.
En estas semanas es probable que conozcamos alguna proyección del ganador antes de que el conteo esté completamente finalizado, pero lo cierto es que la certificación oficial de los resultados depende de los plazos individuales que maneja cada estado de los Estados Unidos, algunos de los cuales pueden extenderse varias semanas.
Finalmente, la decisión definitiva acerca de quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos se establece el 17 de diciembre, cuando los delegados de cada estado se reúnen para emitir su voto formal en el Colegio Electoral, sellando oficialmente el resultado de las elecciones.
¿Cómo es el proceso electoral en Estados Unidos?
En primer lugar, comencemos con lo básico: las elecciones presidenciales en Estados Unidos se desarrollan cada cuatro años, el primer martes de noviembre y siguen un proceso único que combina el voto popular con un sistema conocido como el Colegio Electoral. Este sistema es una característica distintiva de la democracia estadounidense y ha sido objeto de debate debido a su influencia en el resultado final de las elecciones.
Ahora bien, también es clave saber que en Estados Unidos el presidente no es elegido directamente por el voto popular. En su lugar, los votantes eligen a un grupo de representantes llamados “electores”, quienes luego emiten el voto oficial en el Colegio Electoral. Cada estado tiene asignado un número específico de electores basado en su población, lo cual significa que los estados más poblados cuentan con más votos en el Colegio Electoral.
En total, el Colegio Electoral cuenta con 538 electores, y un candidato necesita al menos 270 votos para ganar la presidencia. La forma en que se asignan estos votos electorales en la mayoría de los estados es a través de un sistema “winner-takes-all” o “el ganador se lleva todo”. Esto quiere decir que el candidato que obtenga la mayoría de los votos en un estado se lleva todos los votos electorales de ese estado. Sin embargo, Maine y Nebraska tienen un sistema distinto, en el que los votos electorales se reparten de acuerdo con los resultados de los distritos congresionales.
Finalmente, un motivo por el que los resultados de las elecciones tardan varias semanas en Estados Unidos es porque el voto de los electores se realiza en diciembre, cuando se reúnen para emitir sus votos oficiales. Finalmente, en enero, el Congreso cuenta estos votos y certifica al nuevo presidente.
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