En un mundo donde los desafíos y los peligros son constantes, los policías de Querétaro demuestran un compromiso inquebrantable con su deber, sirviendo como un ejemplo inspirador para las generaciones presentes y futuras. Lo cierto es que, detrás de cada placa policial hay un ser humano con una familia y esta realidad es el motor que impulsa a cada oficial en su servicio a la comunidad. Así, la mayor motivación de los policías queretanos es su familia; más que un oficio, es un estilo de vida, de formación que vela por la ciudadanía queretana 24/7. Por ejemplo, para Edgar Galván, ser policía no es simplemente un trabajo; es un desafío diario enfrentar los peligros, sin la certeza de regresar a casa al final del día. En sus propias palabras:
Ha sido a base de dedicación, capacitación, he tenido la oportunidad de ir a varios cursos tanto aquí en el país como en el extranjero, entonces es un esfuerzo del día a día y para llegar a un grupo especial se necesita mucho, dedicar tiempo y confianza en lo que hacemos día a día y en los compañeros.
Para muchos, como César Tamayo, el uniforme policial representa una responsabilidad que va más allá de simplemente brindar seguridad:
Pues como todo niño no, cuando apenas era un pequeño, siempre ves a un policía como un héroe, a quién acudir en una situación difícil, quién te puede ayudar y ahorita que soy padre de familia, visualizar a tus hijos, a tus seres queridos, a tus sobrinos, hermanos, poder asociarlo con la población y que mis familiares puedan decir, ah el es policía, mi papá es parte de esa corporación, que puedan decir con orgullo, mi papá es policía.
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