El espíritu navideño se apodera del Centro Histórico de Querétaro con la majestuosa instalación del nacimiento en el Jardín Zenea. Este monumental montaje, que evoca las tradiciones queretanas, ha atraído a locales y turistas, marcando un retorno a las raíces culturales. Recordemos que el año pasado se realizó una versión reducida en el Jardín de la Corregidora, sin embargo, esto no hizo felices a los queretanos acostumbrados año con año a admirar el nacimiento navideño. Para los queretanos, el nacimiento es motivo de reunión familiar, tanto en casa como en el Jardín Zenea.
Juan Arango, un turista colombiano, expresó su deseo de preservar las tradiciones navideñas:
“Que se nos lleve a toda la vida del nacimiento del niño Dios, igual que en Colombia y en Medellín, se lleva esta tradición y une a las familias en amor, en esperanza, en cordialidad y en humanidad, y que no se pierda”.
Los paseantes Lenin Vargas y Dana García elogian la autenticidad del nacimiento mexicano en el Jardín Zenea:
“Este es mexicano, así con su musgo, su heno, la cabrita que se cae. Lo ponemos ya como esta semana, una semana antes de diciembre. Yo creo que un buen motivo para reunir a la familia”.
El monumental nacimiento en el Jardín Zenea presenta pasajes bíblicos que sorprenden tanto a propios como a turistas. Desde la anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen María hasta la representación del infierno con sus 7 pecados capitales, la instalación combina estructuras artísticas que emulan personas, animales domésticos y salvajes a tamaño natural.
Esperanza Acosta y Manuel Torres, residentes locales, destacan la importancia de mantener la tradición en casa:
“Hoy está mejor... está mejorando. ¿Qué elementos lleva? No pues, varios animalitos... ella es la que lo pone y mis nietos. El misterio de José y María y el burrito, la vaquita, los ángeles, los reyes... el niño Dios. El musgo, la pajita, la nieve”.
Aunque el nacimiento tiene sus raíces en Italia, el tema otomí predomina en Querétaro. En Querétaro, esta composición refleja la vestimenta otomí de José y María, destacando la rica herencia cultural de la región. Así, el monumental nacimiento en el Jardín Zenea se convierte no solo en un atractivo visual, sino en un recordatorio de la importancia de preservar y celebrar las tradiciones que unen a las comunidades durante la temporada navideña.
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