La tumba de un recién nacido que fue sepultado en la Ciudad de México fue profanada. Se trata del cuerpo de un bebé que fue robado. El hecho tuvo lugar en el panteón San José, perteneciente a la Delegación Iztacalco. Su familia le visitaba, pero luego de darse cuenta de este acontecimiento, cayeron en la cuenta de que siempre estuvieron ante una tumba vacía.
El pequeño tenía por nombre Ángel Gael, nació en mayo de 2023 y falleció cuatro días después. Durante todo ese tiempo, su madre, Blanca, junto a otros familiares, visitaba la tumba semanalmente para adornarla con flores y globos. El 24 de octubre de 2023, la familia notó algo extraño: la tierra del sepulcro estaba removida, las flores habían sido arrojadas a una tumba vecina y la cruz que señalaba el lugar estaba derribada.
Preocupados, acudieron a la administración de este panteón ubicado en Iztacalco para reportar que el cuerpo del bebé había sido robado, pero recibieron una respuesta desalentadora. Los encargados del lugar mencionaron que el robo de objetos en el cementerio era común; incluso, sugirieron que las flores podían ser sustraídas en cualquier momento.
Ante esta falta de respuestas satisfactorias, la familia de Ángel Gael presentó una denuncia ante el Ministerio Público. Tras casi un año de espera, el 12 de septiembre de 2024, la Fiscalía de la Ciudad de México llevó a cabo la exhumación del sepulcro; fue entonces que se confirmó la sospecha: el cuerpo del pequeño Ángel Gael sí había sido robado de su tumba en este panteón de Iztacalco.
Blanca, la madre del menor, expresó su indignación, culpó a la administración del panteón por no tomar medidas de seguridad y señaló la posibilidad de que algún trabajador del lugar esté involucrado en la desaparición del cuerpo de su bebé.
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