Cada año, el Miércoles de Ceniza transforma las calles con la presencia de miles de católicos que portan en sus frentes esta significativa señal. Pero, ¿qué simboliza exactamente este ritual?
¿Cuál es el origen de este día y qué significa?
Las cenizas, producto de la quema de las palmas bendecidas durante el Domingo de Ramos del año anterior, se aplican a los creyentes como un poderoso recordatorio.
Este gesto busca enfatizar la temporalidad de la vida terrenal, recordándonos que “nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el cielo”.
Las cenizas, que representan lo efímero, actúan como un símbolo de la inexorable caducidad y fragilidad de la existencia humana, siempre sujeta a la muerte.
Este recordatorio impulsa a los católicos a adquirir una conciencia clara de que están de paso en este viaje terrenal. Este impulso los estimula a trabajar incansablemente para establecer el Reino de Dios dentro de sí mismos y hacer triunfar su justicia.
¿Por qué se hace ayuno el miércoles de ceniza?
La práctica del ayuno y la abstinencia durante el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma tienen un propósito significativo en la fe católica.
El ayuno implica consumir una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia consiste en evitar el consumo de carne. La abstinencia es obligatoria a partir de los 14 años y el ayuno, de los 18 a los 59 años.
Los católicos entienden que estos sacrificios actúan como un proceso de purificación y una forma de pedir “perdón a Dios por haberlo ofendido”. A través de estos actos, expresan su deseo de cambiar de vida para agradar siempre a Dios. Los sacerdotes, al imponer las cenizas, pronuncian las palabras “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás”, subrayando la fragilidad de la vida humana y la inevitable realidad de la muerte.
Te puede interesar Regalos hechos con amor: Ideas creativas y accesibles para el 14 de febrero