A sus 81 años, es independiente y empoderada: esta es la historia de Conchita en San Pedrito Pueñuelas
Conchita es una mujer de 81 años y es el ejemplo perfecto de tenacidad y autosuficiencia. Esta es su historia en San Pedrito Peñuelas, Querétaro.
Conchita es una mujer de 81 años y, como tal, es el ejemplo perfecto de tenacidad y autosuficiencia. A pesar de su edad y de necesitar aparatos ortopédicos para caminar, sigue siendo independiente y empoderada. Se destaca por tener un carácter fuerte y determinación, por lo que no encaja en el estereotipo de la abuelita tradicional mexicana. Esta es su historia en San Pedrito Peñuelas, Querétaro.
“Tengo seguro social (hasta por dos meses, quitar) pero no por los hijos, por mi trabajo, tengo pensiones, no les pido nada, pero trabajé, pero trabajé, nadie me dio nada ni el gobierno, todavía tengo mis afores, para retirarlas, las puedo retirar porque yo no estoy pensionada por el seguro”.
¿Cómo ha sido la vida de Conchita?
Durante gran parte de su vida, Conchita trabajó en una importante empresa automotriz, donde gracias a su firmeza y conocimientos, ocupó cargos de liderazgo; se impuso, así, en un entorno dominado por hombres. Conchita es madre de seis hijos, ya que uno de ellos falleció mientras servía en el ejército.
“Puros hombres, hasta el ingeniero. Oiga, señora Conchita, ¿y usted por qué me manda? No, no, Pepe, yo no soy nadie para mandarle de ordeno. Hágame esta, esto es lo que va a comprar para lo que va a construir aquí está la hoja de trabajo”.
A lo largo de su vida, se ha mantenido activa y actualizada sobre los sucesos del país, mostrando un gran interés en la política y siempre con temas interesantes de conversación. Actualmente vive sola en la colonia Peñuelas, en Querétaro. Aunque necesita una operación de rodilla, ha decidido no llevarla a cabo, ya que, según sus palabras, no tiene quién la cuide durante el proceso de recuperación. Conchita sigue siendo una mujer firme en sus decisiones y continúa su vida con la misma fuerza y determinación que la han caracterizado siempre.
“No, no tengo ningún accidente. No, por mi edad. Es 81. Y no me duele ni nada. Solamente necesito la operación. ¿Y por qué cree que no me he operado? -¿Por qué no quiere? - No, porque no puedo quién me cuida quién me va a cuidar”.
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