La pasión e intuición guía la pincelada de esta artista queretana
Diana Berenice Contreras Moreno, originaria de Querétaro, es una artista autodidacta que se dedica a pintar lo que México tiene para ofrecer.
Diana Berenice Contreras Moreno, originaria de Querétaro, es una artista autodidacta que se dedica a pintar lo que México tiene para ofrecer. A lo largo de su vida, la pintura ha sido la herramienta con la que ha logrado expresar sus sentimientos y emociones. A pesar de no haber seguido un proceso formal de enseñanza, Diana encontró en los pinceles una forma única de conectar con su arte, especialmente influenciada por el trabajo artístico que admiraba en su familia.
Diana descubrió su vocación como artista desde pequeña
Desde pequeña, Diana veía a sus familiares arquitectos y pintores trabajar con acuarelas y cuadros; de aquí nació su profundo interés en el arte. La pasión de Diana por la pintura no fue un proceso fácil. A pesar de los desafíos, ha logrado adquirir experiencia con los años y desarrollar su propio estilo, gracias a lo cual ha logrado forjar una carrera sostenible en el mundo artístico.
Para su madre, María Patricia Moreno Hernández, la pasión de Diana por el arte es algo que lleva en la sangre, ya que desde pequeña se mostró fascinada por las creaciones de su familia. “Ya lo traemos de familia, y ella desde que veía a sus tíos, que son artesanos, se interesó en todo lo relacionado con el arte. Es la que más siguió mis pasos”, comentó su madre.
El significado del arte para Diana Berenice
El arte para Diana no es solo una técnica, sino que es una necesidad de expresión. “Es una necesidad que solo quienes lo sentimos podemos entender, la necesidad de expresarlo y aprender más”, señaló la artista. Su trabajo no solo es emocionante y estéticamente bello, sino que también le permite ser libre en sus interpretaciones del realismo y lo abstracto. Ella cree firmemente en el poder del arte como medio para superar límites personales y lograr un crecimiento constante.
A pesar de las adversidades y obstáculos que ha enfrentado en su camino, Diana sigue trabajando con pasión para cumplir su sueño artístico. Como ella misma comparte, cada color que compró en su infancia valió la pena, y cada obra creada es una muestra de lo que ha logrado gracias a su esfuerzo y dedicación. “A la niña y a la adolescente que a pesar de no tener las bases académicas para desarrollar un talento, esos primeros colores valieron la pena y ahora cuido todo lo que hago. Este es el resultado de un sueño”, concluyó emocionada.
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